Sitios arqueológicos e históricos en Colima
Debido a la fertilidad de su tierra y su cercanía con el mar y los volcanes, Colima fue un lugar ideal para que algunas civilizaciones prehispánicas construyeran aquí sus ciudades. El Chanal y La Campana son los sitios arqueológicos más conocidos del estado y a pesar de que poco se sabe sobre la cultura a la que pertenecían sus habitantes, es notorio que sus urbes poseían una compleja organización comercial, social y religiosa.
Los pueblos prehispánicos de México compartían la peculiar característica de rendir culto al más allá y ésta se manifestaba en ceremonias de corte religioso, públicas y privadas. El templo principal de La Campana honoraba al dios de la lluvia, Tlaloc, y Ehécatl, dios del viento; del primero perduran hasta nuestros días numerosas referencias en este sitio arqueológico que aún conserva sus plazas, centros ceremoniales, altares y juegos de pelota.
Inmersa en el misterio, se dice que la civilización que pobló La Campana se extinguió debido a un terremoto y que los restos arqueológicos de sus ciudades fueron alterados por los conquistadores españoles, quienes tomaron sus materiales para la construcción de sus comunidades. A pesar de esto, aún puede observarse su drenaje fluvial, avenidas, altos muros y demás legado arquitectónico de una civilización que practicaba la agricultura y el comercio.
El Chanal
Su nombre está relacionado con seres imaginarios que habitaban los arroyos y eran conocidos como chanos. Debido a la gran cantidad de representaciones de Tláloc (dios de la lluvia) que existen en la región, es muy probable que el nombre de El Chanal, sea una remembranza de los mitos que debieron acompañar a la devoción y culto de este dios. No se ha podido determinar la procedencia étnica de los habitantes de El Chanal, ya que la producción material encontrada no se enlaza con facilidad a la tradición cerámica de Colima. El Chanal tuvo su mayor esplendor entre el 1100 y 1400 después de Cristo. Por su extensión es probable que el asentamiento prehispánico sea el más grande del estado, pues se desarrolló en ambas márgenes del Río Verde o Colima. Destacan los espacios ceremoniales, plazas, altares centrales e incluso, algunos juegos de pelota
El Chanal tuvo gremios de artesanos que conocían el uso de la metalurgia. La presencia de metal asociado a la existencia de vasijas plumbate, el uso de obsidiana, la elaboración de esculturas de barro en forma de Xantiles y de Xipe Tótec parece indicar que El Chanal estuvo habitado por un grupo emparentado, de alguna manera, con Tula. La inclinación norte-sur que caracteriza al valle de Colima fue aprovechada por los habitantes de El Chanal, el poblado se dispuso siguiendo su contorno. La zona este fue protegida a fin de que el poblado moderno, que se estableció sobre las plazas y patios, no terminara por borrar las evidencias prehispánicas.
La Campana
Constituye junto con otros sitios, una muestra representativa de la importancia y monumentalidad de los asentamientos prehispánicos de la región. La tradición oral mantuvo latente la información sobre la existencia de antiguas edificaciónes en estos terrenos. Sin embargo, la zona fue afectada durante mucho tiempo por los obradores de ladrillo, quienes obtenían arcilla de los edificios; saqueadores que buscaban piezas arqueológicas para comerciarlas; fue utilizada como lugar para obtener piedras para construcciones modernas, pero el daño más serio se produjo por el trazo de las calles en estos terrenos.
El sitio tiene su origen en épocas muy tempranas, hay vestigios de la fase cerámica denominada Capacha, que data del año 1500 antes de Cristo. La evidencia arquitectónica en la superficie corresponde al horizonte clásico. Su máximo esplendor, fue el periodo comprendido entre el 700 y el 900 después de Cristo. Es probable que su decadencia estuviera relacionada con los terremotos que afectaron el centro ceremonial, quedando algunos grupos asentados hasta el momento del contacto con los españoles. La Campana es sólo una porción de lo que originalmente era un asentamiento prehispánico muy importante, cuyo nombre se supone fue Almoloya. Fue un centro de control político-económico y religioso de gran tamaño, pero en el siglo XVI los franciscanos y habitantes de la región utilizaron material extraído de las plataformas prehispánicas para sus construcciones. Como efecto de la Conquista, la población indígena perdió mucha información de sus orígenes; algunos investigadores señalan que fue un enclave de lengua náhuatl, pero se sabe que también hablan otras, de las cuales algunas pertenecían a la familia yutonahua.
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Due to the fertility of its soil and its proximity to the sea and volcanoes, Colima was an ideal time for some pre-Hispanic civilizations built here their cities. El Chanal and La Campana are the most known from archaeological sites and although little is known about the culture to which they belonged inhabitants, it is clear that their cities had a complex commercial, social and religious organization. The pre-Hispanic peoples of Mexico shared the peculiar characteristic of worshiping the past and this was manifested in religious ceremonies, public and private court. The main temple of La Campana honoraba the rain god, Tlaloc, and Ehécatl, god of wind; the first still continues today numerous references in this archaeological site that still retains its plazas, ceremonial centers, altars and ball games. Steeped in mystery, it is said that civilization that populated La Campana died due to an earthquake and the archaeological remains of their cities were altered by the Spanish conquistadors, who took his materials to build their communities. Despite this, it can still be seen the fluvial drainage, flood, high walls and other architectural legacy of a civilization that practiced agriculture and trade.
El Chanal
His name is related to imaginary beings inhabiting streams and were known as milkfish. Due to the large number of representations of Tlaloc (god of rain) that exist in the region, it is likely that the name of El Chanal, is a remembrance of the myths that must accompany the devotion and worship of this god. Unable to determine the ethnicity of the inhabitants of El Chanal, as found material production does not bind easily to the ceramic tradition of Colima. El Chanal had its peak between 1100 and 1400 AD. For its size it is likely that the prehistoric settlement is the largest state, as it developed on both sides of the Rio Verde or Colima. Highlights include ceremonial spaces, plazas, central altars and even some ball games El Chanal had craft guilds who knew the use of metallurgy. The presence of metal associated with the existence of plumbate vessels, the use of obsidian, making clay sculptures shaped Xantiles and Xipe Totec suggests that El Chanal was inhabited by a related group, somehow, with Tula. The north-south that characterizes the valley of Colima was used by the inhabitants of El Chanal, the town became available following its contour inclination. The east side was protected so that the modern village, which was established on the squares and courtyards, did not end up deleting the prehispanic evidence.
La Campana
Constitutes together with other sites, a representative sample of the importance and monumentality of prehistoric settlements in the region. The oral tradition remained latent information about the existence of ancient buildings in these areas. However, the area was affected for a long time by the workers of brick, who obtained clay buildings; antiquities looters looking to trade them; was used as a place to get stones for modern buildings, but the most serious damage was caused by the layout of the streets in these areas. The site has its origin in very early times, there are vestiges of the ceramic phase called Capacha, dating from 1500 BC. The architectural evidence on the surface corresponds to the classical horizon. Its heyday was the period between 700 and 900 AD. It is likely that its decline was related to the earthquakes that struck the ceremonial center, leaving some groups settled until the time of Spanish contact. La Campana is only a portion of what was originally an important pre-Hispanic settlement, whose name is supposed was Almoloya. It was a center of political-economic and religious oversized control, but in the sixteenth century the Franciscans and inhabitants of the region used extracted from the prehispanic platforms for their construction material. As a result of the conquest, the indigenous population lost much information from its origins; some researchers said it was an enclave of Nahuatl language, but is known to also speak other, some of which belonged to the Uto-Aztecan family.